domingo, 16 de agosto de 2009














Madre ponme en la chaqueta, las medallas.
Los zapatos ya no me los puedo poner.
Mis dos piernas se quedaron, en Malvinas.
El mal vino no me deja reponer...
De la nítida y oscura pesadilla,
de Valeria Mazza, besando al cordobés,
que murió estaqueado solo entre los cuervos desangrados.
En Resistencia, aquí en los 2 de abriles, brindamos por él.
Argentinos, argentinos, qué destino mi amigo argentinos,
nadie sabe responder.
Argentinos, argentinos, caminando siempre al lado del camino,
la ventaja de no pertenecer.
Abrazada en la tribuna, con cualquiera,
cuando boca está en mi boca, en mi boca de mujer.
Entra el tetra hirviendo, el porro y las anfetas,
dale boca dale boca dale boca dale boca, tenga fé.-
Que la guerra está perdida, y de esto ya hace tiempo
y esto todos lo sabemos,
qué le vamos a hacer?
Te regalo la bombacha, transpirada,
si hoy ganamos la copa 4 a 3.
Argentina, Argentina, qué pasó en la Argentina,
es la casa desaparecida.
Argentina, argentina, bienvenidos a casa Argentina,
a la desaparecida.
Soy paragua de la villa 21,
yo te la mamo, yo te hago todo lo que vos querés...
El sargento Ibarra se me ha enamorado,
los domingos paga el whisky y el hotel...
Yo le robo la pistola cuando duerme,
y me voy a Godoy Cruz, a Godoy Cruz y Santa Fé.
A cuidar de la Ramona y de los pibes,
que te besan, te roban, te cuidan, entre las vías del tren.
Entre Rosas y Sarmiento, Don Segundo y Martín Fierro,
la barbarie y los modales europeos,
el país de los inventos, Maradona,
los misterios del lenguaje metafísico del gran resentimiento.
Bienvenidos inmigrantes a este paraíso errante,
ya se sabe que el que no arriesga no gana.
Y esa casa que dejaron escapando entre las balas,
era el caldo del cultivo a la nostalgia.
En el reino del silencio cavernario de oropeles,
un concilio de miserias, de rodilla en los cuarteles.
Y hubo una fiesta de todos, embriagada, delirante,
no te metas, algo habrá hecho ese maleante.
Yo volví con Onganía y la cosa aún seguía;
Aristócratas patricios y Patricias de Anchorena,
tan católicos mamones, protagonistas sin roles,
yendo tras de un socialismo patriotero, indicalista,
preparados todos para aterrizar en pista.
Ya vacíos los aviones, transformados en camiones
de intereses, balas tristesy vecinas que no entienden
que ha pasadoen este barrio tan tranquilo, tan callado
y quien dió la orden de cambiar el mundo?
De leer Antena en la peluquería
a jamás volver a sentir alegría.
Madres muy desesperadas cocinaban y planchaban
hoy sus hijos son caníbales fantasmas.
Los cadáveres se guardan o se esconden en el río,
en palacios de memoria ensangrentada.
Y tenemos pijas grandes, largas como mil facones
y anacrónicas arengas, melancólicas uniones.
La bandera enloquecida, maten a los maricones,
que los hombres van de putas para sentirse varones.
Siempre el padre omnipresente de mirada contundente,
que escondía un seductor muy asexuado.
Gracias papi por las flores, por las reivindicaciones,
vos sabés los hijos nunca te fallamos.
Y si mami aún viviera, hoy sería jardinera
en el Cementerio Club de las pasiones.
Yo que nunca anduve en nada, nunca me metí en política,
simplemente fui un muchacho hedonista;
y chiquitos y chiquitas inocentes con un arma
por el odio mas brutal descuartizados.
El mas fuerte penaliza, pega duro, te hace trizas;
nada personal, naturaleza humana.
Los poderes organizan cual será la repartija
de los bienes de la época.
Nadie se puede salvar, nadie se puede salvar.
Sigo vivo, sigo atento y observando con el tiempo,
esta extraña enfermedad inclasificada;
que te afecta muy deprisa, que te quita la sonrisa
cuyo síntoma es que ya no importa nada.
Argentino hasta la muerte, la patilla de Facundo
recortada de la Gente, de la Caras.
Y seguir comiendo mierda, cada día, cada noche
y explicarle al mundo entero nuestra nada de la historia universal
de la Argentina ensimismada,
que contiene enciclopedia de uno mismo
y encender con la birome palabritas en el cielo,
en el campo las espinas y en el centro de mi pecho hay un bicho que camina.
Hoy la casa de mi infancia ya no existe ni hace falta
yo la llevo bien adentro en mis entrañas.
Toda llena de colores y de desapariciones
muy tempranas, muy profundas, muy amargas.
Nada ha desaparecido, ni la casa con 10 pinos, ni mi amor, ni la zamba de mi esperanza.
Es que el mundo es muy cretino
pero puede ser divino, si yo quiero, porque nada en este mundo me hace falta.
Nada más que algunos trucos, un conejo, una galera, un colchón, un tocadiscos y una mesa.
Y es posible que los hijos puedan cambiar lo que hicimos
y la casa nunca mas desaparezca.
Argentinos, argentinos.
Qué destino mi amigo, argentinos, nadie sabe responder.
Argentinos, argentinos, caminando siempre al lado del camino,
la ventaja de no pertenecer.
Argentina, Argentina, qué pasó en la Argentina?
Es la casa desaparecida.
Argentina, Argentina, donde todo es mentira, Argentina, la desaparecida.
Bienvenidos a la casa de todos, a la casa desaparecida.
Bienvenidos a aparecer en este mundo,
Argentina la desaparecida.


Fito Páez








No hay comentarios: